Eso de la personalización de nuestras propias prendas no es algo que nos haya llegado con la revolución 2.0, a la que le atribuimos todos los méritos de la vida moderna. Esto lo has vivido antes y no es un deja vù. Como todo en esta vida, nuestras madres ya lo habían hecho primero. Hablamos de cuando le cosían o pintaban nuestro nombre al uniforme escolar, incluso a los estuches o maletas y nosotros vivíamos ajenos a todo dándole patadas a la pelota como si nada ocurriese.
Cuando la personalización se encontró con la moda
La democratización de la moda, ese concepto tan usado para definir la apertura de puertas que ha vivido el sector, ha fomentado precisamente que los usuarios -con una sensación de hartazgo de esos artículos a los que puede acceder todo el mundo- busquen opciones más personales. ¿Queremos comunicar la identidad de la marca o nuestra propia identidad?
Siempre han existido las personas que se han dedicado a la personalización de una prenda de ropa para no llevarla de la manera esperada. Esas personas han paseado por la calle con aires de diferenciación y protagonismo, atrayendo por ello las miradas del resto. Hoy en día, cada vez es más sencillo marcar una diferencia, con Internet se pueden acceder a miles de sitios web con miles de propuestas diferentes, innovadoras y originales.
En realidad la democratización no solo es un desafío para el usuario, sino también para el diseñador, que debe ser tan creativo y distinto como sus usuarios quieren ser. Experimentar y buscar nuevos lenguajes en la moda es necesario para no quedarse atrás.
Las grandes marcas lo han entendido, Levi’s o Adidas ofrecen a sus clientes customizar algunos productos con diferentes combinaciones, para que puedan aportar sus ideas través de una serie de elementos y técnicas que estas marcas proponen.
Permitir a los usuarios la personalización y transformación de sus productos es una fórmula en auge que da protagonismo al consumidor.
Las nuevas tendencias del siglo XXI son interactivas, tendencias donde los consumidores adquieren el protagonismo de su ropa, la customizan. Porque al fin y al cabo, su forma de vestir les define a ellos y no a la marca.
Pero no hace falta irse a las grandes marcas, en Markmonk queremos que en el mundo florezca una nueva especie, una especie que se defina como original, atrevida y con personalidad. Por eso, no solo sugerimos unos diseños a nuestros clientes, sino que además les damos un folio en blanco para que nos cuenten qué llevarían en sus zapatillas, en sus carteras o en sus gorras. Ofrecemos la oportunidad de crear un diseño desde cero, en el que se puede decidir el estilo, el motivo y los colores.
Elige que quieres cambiar y hazlo único
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